Hace ya varios días que no escribo. He publicado en mi blog un artículo que me ha hecho sentir inseguridad. Estoy tan cansada de oír que solo podemos ver fuera lo que llevamos dentro o cualquier otra frase viral en el mundo del desarrollo personal, que me siento como en la cuerda floja al señalar la abundancia de comportamientos disfuncionales que observo a mi alrededor. Esto lo digo con el total convencimiento y exposición de que no soy perfecta.
Desde el punto de vista de la Unidad es correcta la frase ya que todo lo que existe está en UNO. Y es posible que también sea correcta desde otros puntos de vista. Pero muchas veces se utiliza como arma arrojadiza, y es justamente esto lo que me cansa.
Hablando de otro tema, en esta ocasión me quiero dirigir especialmente a los que han tenido un vislumbre del UNO y centran sus esfuerzos en volver a esa experiencia, y a los que dedican su vida a la búsqueda de la iluminación espiritual.
Los tiempos están cambiando y los esfuerzos por desarrollar la conexión con lo superior, que han sido de gran importancia, ahora tienen que compaginarse con los esfuerzos encaminados a la conexión con lo material.
Ha llegado el momento en el que además de utilizar el cuerpo como antena para comunicarnos con lo superior, lo utilicemos como brújula para orientarnos en nuestra vida diaria, de manera que muchos podamos por fin manifestarnos como humanos adultos y completos.
Algunos maestros espirituales siguen dando consignas acerca de cómo nos tenemos que comportar en la vida, igual que han hecho todas las religiones a lo largo de la historia.
Pero esto ya, para el segmento de la población que está más despierto puede representar un obstáculo en lugar de una ayuda, ya que para manifestar el SOY es necesaria la libertad total.
Cuando somos inmaduros o tenemos poco desarrollada la conciencia, necesitamos que nos digan desde fuera cómo nos tenemos que comportar porque no tenemos suficientes recursos internos y nos sentimos perdidos. Preferimos que nos dirijan, y depositamos nuestro poder en los otros. Y está bien.
Sin embargo, cuando logramos un desarrollo mayor, cualquier dogma nos rechina, ya que hemos aprendido que lo importante no es lo que se haga, sino desde dónde se haga. Hemos aprendido a escuchar nuestro corazón que representa la reunificación del cuerpo con el Espíritu. Ahora sabemos que lo importante no es adoptar un comportamiento concreto u otro, sino adoptar el que surja cuando dejamos de obedecer al miedo y nos dejarnos guiar por el amor.
Quiero hacer una puntualización respecto a la tradicional distinción entre el amor a los demás y el amor a uno mismo.
En el mundo del desarrollo espiritual se ha puesto y se sigue poniendo mucho énfasis en potenciar el amor a los demás. Y no lo veo mal siempre que se trate de potenciar el amor, aunque en muchas ocasiones sea actuado. Pero para alcanzar el Amor Universal es necesario el desarrollo de un sano amor por uno mismo.
El amor por uno mismo es fundamental e imprescindible a la hora de desarrollar nuestra brújula interna, que a su vez es la que, con su buen funcionamiento, nos permitirá dar expresión al Amor Real del SOY.